Entre llovizna y llovizna, y con un frente del suroeste que amenazaba, se hizo la botadura por la rampa del club, utilizando el novedoso sistema de arriado/izado que posee el trailer para reducir el calado necesario para que floten los cascos. Ese momento sublime cuando los cascos tocan el agua y empieza a flotar según sus líneas de agua, es una sensación instransferible.
Extendimos los cascos laterales con el sistema telescópico previsto, y llegaba el momento de subirse al cockpit, izar las velas y navegar!! Y así fue, con precaución primero el foque para salir del área del muelle y apenas logramos tener espacio suficiente, enfachamos e izamos la vela mayor.
Las condiciones climáticas no eran muy confiables, pero eso no nos limitó para realizar bordes en el espejo de agua del Nautilus, y sentir como navegaba el "Impertinente", como fue nombrado este inédito diseño. Las primeras trabuchadas y viradas se fueron sucediendo, cada vez con más confianza sobre los diferentes elementos, mientras vibrábamos con las rachas y percibíamos la aceleración de los cascos, con mínima escora y asomando el casco de barlovento fuera del agua.
El citado frente del suroeste nos obligó a volver, pero con la enorme satisfacción de haber realizado la primer prueba de agua del FR18 con éxito. Subimos a tierra sin inconvenientes y con las primeras rachas del pampero dejamos arranchado el trimarán en su sitio.
Extendiendo los cascos laterales.
Saliendo del muelle a foque.
Ciñendo bajo el plomizo cielo.
Volviendo al muelle.
